Cómo hacer un bancal de madera en tu huerto o jardín, fácil y rápido: guía para jardineros novatos

¡Hola, novato jardinero! Si estás pensando en convertirte en el rey o reina del huerto con unos elegantes bancales de madera, aquí tienes una guía sencilla (y un poco humorística) para hacerlo tú mismo.

¡Vamos a ello!


Bancal de madera fácil para tu huerto

Materiales para hacer bancales de madera

Empezamos con la madera. Hay tantos tipos de madera que podrías escribir una enciclopedia, pero aquí no estamos para complicarnos la vida.

Las maderas más resistentes también tienden a vaciar tu billetera más rápido que una oferta del Black Friday. Así que optemos por un equilibrio entre calidad y precio.

Madera de pino de 5 cm de grosor es una buena opción; dura unos 7 años, lo cual es casi una eternidad en años de jardinero principiante. Claro, podrías usar roble o castaño si te sobra el dinero y quieres presumir de tus bancales VIP.

Otra posibilidad es si tienes una obra cerca que deseche madera de obra (aunque la madera tendrá restos de cemento y otros productos similares). Esta madera es muy resistente a la humedad y a la intemperie. Incluso más que la que venden específicamente para jardín en muchas ocasiones.

Para unir estas maravillosas piezas de madera, usa listones de pino de entre 5 cm y 7 cm de grosor. Sí, porque nada grita "estabilidad" como unos buenos listones de pino.

Procura usar tornillería de acero o de exterior para unir las piezas ya que no solo la madera cede al paso del tiempo, también el hierro y los materiales metálicos.

Y, aunque aquí te estamos contando como hacer bancales de madera, recuerda que siempre los podrás hacer de obra. Basta unos simples bloques o ladrillos reciclados de algún derribo u obra donde hayan sobrado.


Bancales para tu jardín

Medidas para hacer bancales de madera

Largo, dos a tres pasos

No te emociones con hacer bancales tipo autovía. Si los haces muy largos, la madera podría empezar a curvarse como una banana, y créeme, no quieres eso. Aunque esto lo podrías solucionar clavando por el exterior unos hierros de obra si tienes y atándolos entre sí de un lateral al otro.

Si te pasas de los 3 metros sin poner refuerzos, prepárate para una lección de física no deseada. Unos 2 metros es la medida mágica, lo suficiente para organizar tu pequeño imperio hortícola. Incluso si tienes que elegir entre 1.75 y 2.50 te diremos que elijas 1.75 metros. Es mejor varios pequeños que uno gigante.

Ancho, un paso o menos

Mantén el ancho del bancal por debajo de 1 metro para poder alcanzar todos los rincones sin hacer contorsionismo.

Si los haces más anchos, perderás tiempo y energía yendo de un lado a otro. Un metro de ancho es perfecto, y así tendrás tiempo para cosas importantes, como mirar tus plantas crecer.

Puede ser interesante hacer algunos estrechos para plantas de gran envergadura como el maíz (millo en algunas partes del planeta) y así plantar 1 ó 2 filas a lo largo.

Profundidad, de 1 a 3 palmos

Aquí tienes más flexibilidad. La profundidad mínima es de un palmo, aunque si quieres precisión calcula unos 20 a 25 centímetros. Es decir, un palmo grande. Por ahí hay quien recomienda 30 ó 40 centímetros, pero lo cierto es que al final la altura dependerá de la madera que tengas.

Si la tabla que usas es muy estrecha y lo quieres alto (unos 3 palmos) vas a necesitar muchas tablas y armar la estructura. Ahora bien si tienes unos buenos tablones de un palmo o más de ancho puedes permitirte hacerlos altos, de hasta 3 palmos (unos 40 centímetros). Más tierra, más raíces, más derecho a fanfarronear en las reuniones de jardineros.

La altura es significativa no tanto por sí misma sino por el tipo de plantas que vayas a poner en el bancal. Zanahorias y otras verduras como cebollas, que tienen un enraizado superficial, no necesitan más de un palmo o palmo y medio para un buen desarrollo. Pero otras plantas como las patatas (papas en algunos lugares del planeta) o las batatas (con "b") necesitan espacio para desarrollar sus tubérculos.

Cómo proteger los bancales de madera

Si quieres un huerto tan natural que hasta las abejas te aplaudan, evita los químicos. Usa aceite de linaza o busca en tu ferretería productos naturales para proteger la madera del exterior. No barnices. Es inútil. No necesitas impermeabilizar la madera sino prolongar su vida útil de manera natural.

Si quieres darles un toque de color, aplica nogalina, que también es natural y hará que tus bancales parezcan sacados de un catálogo de decoración rústica.

En algunas regiones protegen la madera quemándola. Es decir, no se trata de hacer arder la madera sino simplemente quemar su superficie. Esto la secará y matará los invertebrados que puedan estar ya destruyéndola desde dentro.

Evita pinturas como esmaltes o acrílicos que tapen los poros de la madera. La madera necesita respirar, no la asfixies. Lo mismo que con el barniz.

Si te sientes extra precavido, grapa láminas plásticas, malla geotextil o cualquier material impermeable en el interior. O no hagas nada y conviértete en un científico aficionado observando cómo se deteriora la madera. Al final, con el paso de los años, hagas lo que hagas, los bancales de madera se deterioran.

¡Incluso los de obra acaban deteriorados, aunque duran muchísimo más!


Bancales bajos o altos

Cómo rellenar los bancales de madera

Aquí tienes varias opciones. Pero lo primero, la base. Si estás haciendo un bancal normal, sobre la tierra, añade periódicos viejos o cartones reciclados al fondo para limitar la germinación de hierbas en el bancal. Dicho esto, ahora toca rellenarlo.

Si tienes tierra de sobra, úsala. Añade una capa generosa de estiércol y compost para que tus bancales sean la envidia del vecindario. La técnica del bancal profundo es excelente para mezclarlo todo bien.

Si no tienes suficiente tierra, no te preocupes. Siempre puedes comprar tierra vegetal y compost. Algunos ayuntamientos, condados o empresas de ganadería o grandes explotaciones agrícolas o empresas madereras ofrecen compost o materiales vegetales de desecho a buen precio o gratis, así que aprovecha esas oportunidades.

Otra opción es el huerto lasaña o bancal sin tierra, ideal para quienes quieren ahorrar algo de dinero y no les importa esperar un poco más. Este método no solo es económico, sino que también le dará a tu suelo todos los nutrientes que necesita. Te lo explicamos más en detalle al final.

El bancal hugelkultur o bancal profundo

Una técnica es quitar tierra del espacio que va a ocupar el bancal, pero no seas bruto, no tanto como para que la madera no pueda sostenerse. Se trata de vaciar el interior como si se tratara de una calabaza.

En el hoyo que has hecho y que debe ser (casi) tan extenso como el bancal deposita ramas y desechos de podas. No te preocupes si las ramas son muy gruesas. Puede ayudar echar algún tipo de abono de larga duración, hueso molido de animales, restos de comida, etc.

Sobre estos restos echa la tierra que sacaste del hoyo en una primera capa. Con todo esto no deberías de llenar el bancal, así que el resto lo puedes terminar con compost o tierras de calidad para tu plantación. 

Estos bancales son especialmente interesantes para plantas de recolección continua como tomateros o pimientos y que tienen raíces profundas, ya que van a encontrar una gran cantidad de nutrientes. Además el material que has depositado debajo asegura un bancal con nutrientes para unos 5 a 10 años, dependiendo de la cantidad de restos vegetales que hayas puesto.

En general la diferencia de este bancal con los bancales "normales" es que estos se hacen directamente sobre la tierra mientras que éste vas a excavar primero para enriquecerla.


Bancal con verduras

El bancal sin tierra o huerto lasaña

El huerto lasaña, también conocido como bancal sin tierra, es una técnica de jardinería que se basa en crear capas de materiales orgánicos que, con el tiempo, se descomponen y forman un suelo rico en nutrientes.

Piensa en ello como una deliciosa lasaña italiana, pero en vez de capas de pasta y salsa, usas cartón, hojas, compost y otros materiales orgánicos. ¡Mmm, delicioso para tus plantas!

Beneficios del huerto lasaña

Nutrientes a la carta. Al descomponerse, los materiales orgánicos liberan nutrientes esenciales para tus plantas. Esto te permite configurar el bancal en función de lo que vas a plantar.

Menos malas hierbas. La capa de cartón o papel periódico en el fondo ayuda a suprimir las malas hierbas. Lo mismo pasa con las diferentes capas que vas a ir añadiendo.

Menos trabajo. No necesitas cavar ni arar el suelo. Es una técnica ideal para jardineros perezosos (o pragmáticos). Tampoco lo necesitas en un bancal normal. De hecho, la diferencia entre un bancal que puedas hacer normalmente y el bancal lasaña es la cantidad de tierra que vas a usar.

Mejor drenaje. Las capas permiten un buen drenaje, evitando charcos y raíces podridas. Sin embargo, en zonas donde hay una alta exposición a la radiación solar y la tierra tiende a secarse rápido, este excelente drenaje se convierte en una desventaja.

Cómo crear tu propio huerto lasaña

Materiales

  • Cartón o papel periódico (sin tinta a color).
  • Materiales marrones: hojas secas, paja, ramas pequeñas.
  • Materiales verdes: restos de cocina, césped recién cortado, posos de café.
  • Compost.
  • Tierra (opcional, para la capa superior).

Pasos a seguir

  • Elige el lugar perfecto: Busca un sitio soleado donde instalar tu huerto lasaña. Si vives en una zona con exceso de calor también puedes optar por algún lugar con cierto grado de sombra según las horas del día.
  • Prepara el terreno: Coloca una capa de cartón o papel periódico directamente sobre el suelo o césped. Esto ayudará a matar las malas hierbas y actuará como la base de tu lasaña. Si usas periódico pon varias capas de hojas.
  • Capa marrón: Añade una capa de materiales marrones (hojas secas, paja, ramas). Esta capa debe ser de unos 10-15 cm de grosor.
  • Capa verde: Sobre la capa marrón, coloca una capa de materiales verdes (restos de cocina, césped cortado, posos de café). Esta capa debe ser más delgada, de unos 5-10 cm.
  • Repite las capas: Alterna capas marrones y verdes hasta que tu lasaña tenga la altura deseada (unos 30-45 cm está bien).
  • Capa final: Termina con una capa de compost y, si quieres, una fina capa de tierra. Esto proporcionará un buen lecho para plantar tus semillas o plántulas.
  • Riega bien: Asegúrate de que todas las capas estén bien regadas para ayudar al proceso de descomposición.

Plantando en tu huerto lasaña

Ahora que tu lasaña está lista, es hora de plantar. Puedes sembrar directamente en la capa superior de compost y tierra, o siembra plántulas para un inicio más rápido. Con el tiempo, los materiales se descompondrán, creando un suelo fértil y lleno de vida.

En ocasiones y según la composición de tu lasaña puede ser necesario esperar algunos meses antes de plantar para que el material haya comenzado su descomposición natural y las raíces encuentre los nutrientes listos para ser devorados por las raíces.

Mantenimiento del huerto lasaña

  • Riega regularmente: Aunque las capas retienen bien la humedad, asegúrate de mantener tu huerto lasaña bien regado.
  • Añade más capas: A medida que los materiales se descomponen, puedes añadir más capas de materiales marrones y verdes para mantener la fertilidad del suelo.
  • Vigila las malas hierbas: Aunque son menos, algunas malas hierbas pueden aparecer. Arráncalas antes de que se establezcan.

Y ahí lo tienes, una guía para crear tu propio huerto lasaña, perfecto para principiantes y jardineros que buscan una forma divertida y eficiente de cultivar.

¡Buena suerte y que tus plantas crezcan tan deliciosas como una lasaña!

¡Y no olvides sonreír!

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