A veces es necesario que comprendamos que hay momentos en la vida en los que no podemos estar pegados a las pantallas para hacer pasado el tiempo, por ello es tremendamente importante aprender a aburrirse, y también aprender a entretenerse. El origami es un arte que puede llegar a ser complicado y emocionante, pero también puede ser una tarea simple y divertida con la que pasar el tiempo cuando no puedes hacer ninguna otra cosa. Ya estés en clase estudiando, en el trabajo haciendo como que trabajas, o en tu casa sin luz, aprender a hacer este pequeño cubo inflable de origami te salvará esos minutos interminables de espera.
¡Manos a la obra!
Lo único que vas a necesitar para esta pequeña manualidad es un folio o cualquier papel que tengas por casa. En este caso nosotros hemos usado un folio reciclado, pero tu puedes usar uno normal, uno de colores, o hasta una servilleta de papel. ¡Cuanto más pequeño mayor el reto!
Lo primero que debes hacer es doblar una de las esquinas del papel sobre si mismo, formando un triangulo, y dejando que sobre una parte por debajo, tal y como puedes ver en las siguientes imágenes.
Ahora, con el rectángulo que nos ha sobrado abajo, lo doblaremos hacia arriba, y luego de la misma manera hacia el otro lado, marcando de esta manera bien el doblez. Una vez listo, desdobla todo: ahora nos toca cortar una parte del papel. Por la línea que hemos creado y que separa el rectángulo pequeño del resto de la hoja, haremos un poco de presión hacia fuera desde los extremos, y verás como la hoja se rompe sin mucho esfuerzo. Si lo prefieres, puedes recortar con tijeras, pero ya que esto es una manualidad que puedes hacer en cualquier lugar cuando estés aburrido o aburrida, intenta aprender este truco para romper el papel.
Nos encontramos ahora con dos trozos de papel, un cuadrado, y un rectángulo (o la forma que te haya sobrado, según el papel que hayas escogido). ¡Bien! Vamos avanzando. Guarda el rectángulo para más tarde y centrémonos en el cuadrado. Verás que tiene un doblez de una esquina a otra, ahora debes hacer el doblez contrario, doblando una esquina sobre la otra, para que luego al volver a desdoblarlo veas una equis en el papel. Cuando tengas estos dos dobleces, dobla el papel por la mitad formando un rectángulo para crear el último doblez necesario antes de pasar a los pasos un poco más complicados. Cuando le hayas cogido el truco a este cubo, ¡ni te hará falta este último paso!
¡Empieza lo complicado!
Mucha atención. Empiezan los pasos un poco más complicados. Cuando hayas hecho todos los pasos anteriores, tienes que coger y doblar los extremos de los lados, donde está el doblez de la mitad, hacia adentro, quedando el papel con forma de triángulo. Fíjate bien en las imágenes, ¡tiene que quedar exactamente igual!
¿Lo tienes? ¡Perfecto! Ahora que tienes el triángulo, coge cada esquina de abajo (del lado más largo), y dóblalas hacia la punta del triángulo, tanto por delante como por detrás. Cuando termines, debe quedarte el papel con forma de rombo. Todo esto son pasos sencillos, pero debes hacerlo con paciencia las primeras veces, hasta que le cojas el tranquillo.
Nos acercamos a la meta final...
¡Ya casi terminamos! Solo quedan un par de pasos más y podrás pasar a inflar tu cubo de origami. Cuando tengas el rombo listo, te tocará doblar las esquinas de los laterales hacia dentro de la manera que puedes ver en las siguientes imágenes. Haz esto con las esquinas tanto de un lado, como de la parte de atrás. El papel te quedará con una forma bastante peculiar.
¡Sigamos! Los siguientes pasos son los más complicados, pero son cruciales para terminar el cubo y que no se rompa al inflarlo. Las pestañitas que te han quedado en la parte de arriba (no las que acabas de doblar), deberás doblarlas sobre si mismas, y a continuación meterlas en el pequeño agujero que hay en las pestañas de los triangulos de los laterales. ¡Lo se! Es difícil de entender, pero para eso hemos fotografiado todo el proceso. Fíjate bien en las fotos, y haz este proceso por delante y por detrás de la figura.
¡Es hora de inflar el cubo! Verás que por uno de sus extremos, el cubo está abierto, es decir, tiene un pequeño hueco. Si no es lo suficientemente grande, puedes abrirlo con unas tijeras, pero como normalmente no las tendrás a mano, simplemente mueve un poco los papeles hasta que tengas hueco. ¡Preparate! ¡Coge aire! ¡Y sopla fuerte! Si todo ha salido bien, ¡tu cubo se ha inflado! Una vez inflado, puedes marcar un poco los dobleces de los lados si te apetece, ¡y ya lo tienes!
Hora del reto...
¿Pensabas que se acaba aquí? ¿Recuerdas el rectángulo que guardamos al principio? Es hora de que lo cojas... ¡y repitas el proceso! Y sigue, y sigue, y sigue hasta que no te quede más papel. Cuanto más pequeño es el papel, mayor será el reto. Con un folio A4, ¡nosotros logramos hacer todos estos!
¿Lo has conseguido? Cuéntanos tus aventuras con este cubo inflable. ¿Has conseguido hacer uno todavía más pequeño? ¿Y uno con un folio aún más grande? Como te decíamos, a veces es necesario aprender a aburrirse y entretenerse con lo que sea. Es así como te dejamos con este truco para que no vuelvas a aburrirte en clase, ¡o en esa obligatoria comida familiar!
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